Tratamiento del dolor y otras molestias en los pacientes quemados
Tratamientos no farmacológicos en los pacientes quemados
Condicionamiento clásico
Si el estímulo asociado a una intervención dolorosa puede condicionarse para que despierte ansiedad o dolor, un objetivo lógico es
reducir el impacto que el estímulo previo a la intervención tiene sobre la respuesta de temor o dolor. Una intervención ambiental obvia
es hacer que las maniobras de cuidado de las heridas se hagan en un lugar lo menos amenazador posible. En el caso de los niños, esto
implica hacer del tanque de hidroterapia un «área de juego en la bañera» con juguetes flotadores adecuados a la edad. Sabemos que
algunos profesionales inteligentes de hospitales infantiles han convertido la cámara de la RM en una «cueva en la jungla», un entorno
claramente menos amenazante para el niño que la localización típica de estos estudios radiológicos. Principios semejantes pueden
aplicarse sin duda a la atención a los quemados198,199. Existen otras implicaciones del condicionamiento clásico. La mejor forma de
prevenir una respuesta dolorosa condicionada es optimizar el control del dolor desde el primer momento. Un tratamiento agresivo y
proactivo del dolor minimiza la ansiedad condicionada. Por el contrario, una vez que el paciente ha sufrido una intervención con una
analgesia inadecuada, es posible que el tratamiento de la ansiedad concomitante sea extremadamente difícil. La preparación psicológica
es importante para minimizar la ansiedad anticipatoria. Puede proporcionarse a los pacientes información preparatoria sobre la
intervención y sobre lo que van a sentir200. En la información preparatoria para la intervención se explica al paciente los mecanismos
de la misma (p. ej., «vamos a retirar los vendajes, lavar sus heridas y eliminar la piel necrosada, aplicar una crema de sulfadiacina de
plata y por último volver a cubrir con apósitos»). En la información sobre las sensaciones, se prepara al paciente para lo que va a sentir
durante la intervención («es probable que sienta una sensación de tracción cuando le quitemos los vendajes y una sensación de
pinchazos cuando lavemos las heridas con un antiséptico»). Esta información suele ayudar a los pacientes, pero no hay que olvidar que
algunos enfermos prefieren que se les dé la menor información posible, dado su estilo particular de afrontamiento196. Otra estrategia
que descansa en el condicionamiento clásico es el entrenamiento en la relajación. A los pacientes se les puede enseñar las técnicas de
relajación profunda y de imaginería antes de llegar a las intervenciones dolorosas. El objetivo es contrarrestar con la respuesta de
relajación la ansiedad estimulada por los estímulos previos a la intervención. Si se minimiza la ansiedad anticipatoria con una relajación
profunda, se reduce la posibilidad de una interacción cíclica entre la ansiedad y el dolor agudo. En varios estudios se han utilizado las
técnicas de entrenamiento en la relajación y de inoculación del estrés, así como algunas de las técnicas conductuales expuestas más
adelante para reducir el dolor de las quemaduras201-204.